Cuando un diseñador de juegos con síndrome de Tourette quiere compartir su experiencia personal diaria con la enfermedad, el medio para hacerlo es, como no podía ser de otra manera, un juego. Es lo que ha hecho Lars Doucet con su juego Tourette’s Quest, en el que el jugador experimenta los síntomas de la enfermedad a medida que avanza.