Philip B. Crosby publicó en 1979 su libro La calidad es gratis, donde asevera que el gasto para garantizar la calidad de un producto, es la inversión más rentable para una empresa porque repercute directamente en beneficio. Hacer las cosas bien a la primera no incrementa los costes, pero las correcciones posteriores sí suponen gastos extra tanto para el productor, como para los clientes.