Ya lo decía, y lo sigue haciendo, Don Norman hace 25 años, las puertas no deberían tener instrucciones. Los “ofrecimientos” (del neologismo inglés affordance) de los objetos cotidianos deberían estar tan bien diseñados como para que experimentáramos el uso de dichos objetos de manera natural. En el vídeo que acompaña a este post se ahonda en la cuestión. Duración 5′ 31”.
No es culpa tuya, es de quien diseñó la puerta.