España es uno de los países más ruidosos del mundo, producto de la poca planificación para evitar este tipo de contaminación y escasa concienciación de sus efectos nocivos para la salud. Uno de los focos habituales son los bares y locales de ocio en general. En 2013, ante la llegada del verano, el Ayuntamiento de Valencia lanzó esta campaña, para sensibilizar a la población sobre los efectos negativos del ruido.