Utilizar con preferencia el transporte público en los desplazamientos por la ciudad, revisar de forma periódica el consumo de carburante de nuestro coche, verificar el estado de los neumáticos, lavarlo a mano en vez de en túneles automáticos, son pequeños gestos que contribuyen a favorecer un menor consumo de energía y a reducir las emisiones de CO2.