En la isla japonesa Shikoku, el pequeño pueblo Kamikatsu lleva trabajando desde el 2002 en el Proyecto Cero Residuos con el objetivo de eliminar la generación de desechos para el 2020. Después de que el alcalde cerrara la incineradora de basuras del pueblo al no cumplir con los niveles de emisión de dioxinas, cada vecino convierte en abono su basura orgánica, separa el resto en 34 categorías y los lleva a la Academia Cero Residuos. No sólo es el lugar donde se centraliza el reciclaje, es, además, un centro de aprendizaje sobre cómo llevar a cabo las tareas de reciclaje.
Como incentivo, el municipio regala billetes de lotería y bonos de compra de alimentos. En lo últimos cuatro años han conseguido llegar a reciclar el 90% de los residuos que genera. Vía PlayGround.