Tal y como dice Andrzej Marczewski en este post, la Gamificación no debe caer en el lado oscuro y convertir las experiencias gamificadas en “adictivas”, una tendencia reciente y que resulta preocupante. Las experiencias gamificadas que se creen deben ser diseñadas de tal manera que la gente quiera ir a ellas y no necesite ir a ellas. En resumen, no se debe cruzar la frontera entre play y gambling (lástima que en castellano no tengamos más sinónimos para “juego”).