El error que se ha producido en la entrega de los Oscars 2017 ha sido histórico. Se recordará, seguramente, durante muchos años. En resumen, el error ha sido anunciar como ganadora a la película equivocada en la categoría a mejor película. La consultora PricewaterhouseCoopers lleva más de 80 años encargándose del recuento de votos y de la gestión de los sobres con los ganadores durante la gala.
El origen de la confusión parece ser, precisamente, la medida que usan para aumentar la seguridad: tener la información por duplicado. Dos personas, cada una con un maletín con los mismos sobres, por duplicado, se mantienen a cada lado del escenario, entregando, cuando procede, el sobre pertinente al personaje famoso encargado de anunciar al vencedor de una cierta categoría.
La gestión de los sobres, si bien no parece complicada, tiene un fallo de diseño: depende en exceso de la capacidad de atención del ser humano. Un simple poka-yoke podría servir para prevenir este fallo en el futuro: colocar los sobres en dos pilas, una a cada lado del escenario, y destruir el sobre “gemelo” no usado. De esta manera, sería imposible entregar un sobre de una categoría para la que ya se ha anunciado el ganador.
