Una de las muchas ventajas que, para las empresas, tiene el trabajar bajo un sistema de calidad basado en ISO 9001:2015 es la mejora sustancial en la relación con los clientes. El enfoque de la norma implica cumplir los requisitos del cliente, pero también aventurarse a dar un paso más y exceder sus expectativas. Como consecuencia de ello y del control y estandarización de procesos se produce una reducción de quejas, así como el incremento de la rentabilidad de la empresa y de sus productos y servicios.