Cuando algo es responsabilidad de todos, al final no es responsabilidad de nadie. Por eso, ISO 9001:2015 se preocupa, en su punto 5.3, de definir los diferentes roles, responsabilidades y autoridades dentro de la organización. Se trata de un requisito de obligado cumplimiento, en el que deben distinguirse 3 aspectos:
- La asignación de responsabilidad: La alta dirección debe definir quién es responsable de qué. Lo comentábamos al principio de este post, responsabilizar a todo el colectivo de la empresa de una tarea concreta lleva a que nadie acabe ejecutándola.
- La delegación de autoridad: Si se responsabiliza a alguien en la ejecución de una tarea determinada se le debe dotar de herramientas para hacerlo. Y una de ellas, si no la más importante, es hacer que la persona disponga de la autoridad suficiente para llevar su trabajo a cabo.
- La publicidad de ambos aspectos. Una vez que se ha definido a los responsables y se les ha dotado de autoridad para ejercer su labor, la alta dirección debe ocuparse de comunicar y hacer entender al personal de la organización de las asignaciones antes mencionadas. En este punto siempre es interesante no limitarse a colgar el nuevo organigrama en el tablón de anuncios. Una breve presentación por parte de la dirección explicando las funciones del responsable, contribuye a reforzar positivamente la comunicación interna en la empresa.