Esto que llamamos calidad trasciende los “sellos”, las certificaciones, los procedimientos, indicadores y los registros, que son sólo herramientas que te facilitan el camino. Hacer las cosas bien repercute de forma positiva en la comunidad, pero sin duda, lo más gratificante, es que te aporta la íntima satisfacción de sentirte orgulloso de tu trabajo.