Un problema que afecta en distinto grado a las ciudades modernas es el de la contaminación ambiental. La actividad humana, en concreto la quema de combustibles fósiles en vehículos, empobrece la calidad del aire que respiramos. La consecuencia más inmediata es la degradación de la salud y el aumento en gasto sanitario derivado de ello.
No todas las ciudades pueden disponer, por distintos motivos, de parques y jardines suficientes para ayudar con la recuperación de la calidad del aire. Por lo que es necesario innovar con soluciones que tengan el mayor impacto posible a un coste asumible. Un ejemplo de ello es CityTree, un proyecto diseñado por la firma alemana Green City Solutions e implantado en ciudades como Londres, Berlín, París, Amsterdam y Oslo.
La solución diseñada hace uso de ciertas especies de musgo para filtrar y absorber contaminantes del aire. Crean un pequeño hábitat que permite al musgo crecer y, al mismo tiempo, se integra con el mobiliario urbano. Como efecto colateral, ayudan a disminuir la temperatura ambiente de la zona en que son colocados.
