A veces, gamificar no es cuestión de dinero, es cuestión de buenas ideas. Y si provoca sorpresa, una sonrisa, se puede considerar un buen comienzo, porque cambia de manera instantánea tu predisposición a la tarea que se aproxima.
El otro día, entrando en un centro comercial desde sus aparcamientos, vimos bastante gente esperando en los ascensores, así que decidimos subir por las escaleras. Y esto es lo que nos encontramos:
Ciertamente, no nos lo esperábamos, sonreímos y lo comentamos entre nosotros, porque nos pareció una estupenda manera de promover hacer algo de ejercicio mientras contribuímos a cuidar el medio ambiente.