A veces, para ser respetuoso con el medioambiente, hay que romper tabúes, superar prejuicios y ver más allá de las formas tradicionales de hacer las cosas. Un ejemplo de ello es la apuesta del estudio italiano NOWA por el uso de las cajas de plástico en las que se suele transportar naranjas y darles una segunda vida útil.
Como parte de la fachada de la Concetta D’Alessandro Foundation (una organización sin ánimo de lucro que se ocupa del tratamiento y rehabilitación de personas con discapacidades), las cajas de naranjas le confieren un aspecto pixelado que destaca entre los edificios que le rodean. Vía Inhabitat.