Aunque, en principio, las bodegas, desarrollan una actividad que no produce un fuerte impacto ambiental, debe tenerse en cuenta el elevado consumo de agua que realizan, sobre todo en operaciones de limpieza, de maquinaria e instalaciones, los vertidos líquidos generados, la generación de residuos, la emisión de ruido, las emisiones atmosféricas o el consumo energético pueden afectar al entorno natural. Con la edición de este manual de buenas prácticas ambientales en el sector vinícola, editado por la Junta de Extremadura y ASEVEX, se pretende la minimización del impacto medioambiental de esta industria.