La caza furtiva hace estragos en la vida salvaje de África desde hace muchos años. Debido a las complicadas interrelaciones en el ecosistema, el problema puede ser exponencial. Un ejemplo es el aumento en la mortalidad de los buitres debido al brusco descenso de la población de elefantes en Tanzania y Mozambique (los cazadores furtivos envenenan los cadáveres de los elefantes para que los buitres no anuncien su presencia).
El gobierno de Uganda está probando una tecnología llamada PAWS (Protection Assistant for Wildlife Security) que combina una disciplina de la Inteligencia Artificial denominada Machine Learning y Teoría de Juegos para anticipar los futuros ataques de los cazadores furtivos y planificar las rutas de los guardabosques. Vía Quartz.