No puedes considerarte un verdadero líder, si con tus actos desdices tus palabras, no puedes pregonar la calidad de tus servicios o productos si tu regla es saltarte las reglas cada vez que te conviene.
No puedes considerarte un verdadero líder, si con tus actos desdices tus palabras, no puedes pregonar la calidad de tus servicios o productos si tu regla es saltarte las reglas cada vez que te conviene.